martes, septiembre 14, 2010

La Cruz de Jesús

Filipenses 2:5-11

5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, 6 quien, siendo por naturaleza[a] Dios,  no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza[b] de *siervo y haciéndose semejante a los seres *humanos.
8 Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte,  ¡y muerte de cruz! 9 Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, 10 para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Gálatas 6:14-18

14 En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien[a] el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.15 Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.16 Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma, y sobre el Israel de Dios. 17 Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús. 18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes. Amén.
ççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççççç


Durante el reinado de Constantino, primer emperador romano en profesar la fe cristiana, su madre Elena, fue a Israel y allí emprendió la búsqueda de lugares con significado especial para los cristianos. Luego de localizar muy cercanos, lo que ella creyó eran los lugares de la Crucifixión y la Tumba de Jesús (y arqueólogos modernos concuerdan o confirman estos sitios), hizo después que construyeran sobre estos sitios La Iglesia del Santo Sepulcro, que fue dedicada el 14 de septiembre de 335.  Este ha pasado a ser un día para recordar y reconocer la Cruz, como símbolo de triunfo, como un signo de la victoria de Jesús Cristo sobre la muerte y un recuerdo de su promesa que puedes confirmar en San Juan 12:32. (Tomado del parte del escrito de James Kiefer)




En su origen la cruz es humildad de Dios, encarnada en Jesús. Se hizo hombre, en carne siendo Dios. Todo para mostrarnos el camino y unirnos como un solo pueblo con su testimonio de vida.


Como hijos e hijas de Dios vamos aprendiendo que es necesario para nosotros tener a nuestro alrededor cosas que nos recuerden a Dios.   No para idolatrar estas cosas sino para estar enfocados hacia dónde debemos ir y qué es lo que debemos estar haciendo.


El servicio a los y las demás, la nueva vida, la victoria de Jesús son las cosas en las que pensamos o en las que debemos pensar, cuando vemos la cruz.


Hay mucha información sobre este símbolo, pero no nos quedemos allí. Lo importante es lo que debemos recordar, hacer y pensar.  Y como dice la lectura toda persona debe confesar a Dios como nuestro Señor y Salvador.


La palabra hablada tiene poder, es con lo que Dios hizo el mundo y nosotros podemos hablar y comunicarnos.  Así que cuando veamos la cruz aunque sea mentalmente confesemos qué es Dios para nosotros.  Quien viene del mal no puede confesar a Dios y a Jesús como salvador. Solo quien cree en Él puede hacerlo. 


Hablemos más de Dios, confesemos que es nuestro Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario