sábado, octubre 20, 2012

COMO VEMOS, CREEMOS.


Lucas 9:37-50

Nueva Versión Internacional (NVI)

Jesús sana a un muchacho endemoniado

37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente. 38 Y un hombre de entre la multitud exclamó:
—Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo. 39 Resulta que un espíritu se posesiona de él, y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta. 40 Ya les rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.
41 —¡Ah, generación incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.
42 Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al *espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre. 43 Y todos se quedaron asombrados de la grandeza de Dios.
En medio de tanta admiración por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
44 —Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
45 Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto. Les estaba encubierto para que no lo comprendieran, y no se atrevían a preguntárselo.

¿Quién va a ser el más importante?

46 Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante. 47 Como Jesús sabía bien lo que pensaban, tomó a un niño y lo puso a su lado.
48 —El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante.
49 —Maestro —intervino Juan—, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre; pero como no anda con nosotros, tratamos de impedírselo.
50 —No se lo impidan —les replicó Jesús—, porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.
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Es sumamente interesante cómo todo lo que podemos interpretar en las experiencias de Jesús son una escuela de enseñanza en muchos sentidos.

Vemos tantos aspectos en esta lectura que libros se podrían escribir. 
Pero solo mencionemos algunos:

  • CUANDO BAJARON DE LA MONTAÑA. Era costumbre de Jesús alejarse para meditar, orar en intimidad alejados de la muchedumbre.  ¿También sería una forma de poder ver las cosas desde arriba?  ¿Nos habrá querido decir que debemos practicar el elevarnos para ver mejor?
  • GENERACIÓN INCRÉDULA Y PERVERSA. Creo que ese nombre nos compete a nosotros aún hoy. Creo que así como Jesús en ese momento muestra cierto cansancio de tener que lidiar con personas que no se convencen de quiénes son y qué poder tienen, así mismo hoy con los tantos distractores que nosotros creamos, nos desviamos de lo que nos acerca a Dios. Perdemos muchas energías en lo cotidiano de la vida. Lo urgente nos quita energía y lo importante lo descuidamos. Y siempre necesitamos que nos recuerden quiénes somos.
  • PERO JESÚS REPRENDIÓ AL ESPÍRITU MALIGNO, SANÓ AL MUCHACHO. Creo que los demonios son todo aquello que nos aleja de Dios. Ya sea en mente, cuerpo o espíritu. O dicho de otra manera,todo aquello que nos invita a hacer el mal, nos lleva a pecar. De la misma manera Dios nos usa como sus ministros para sanar. Somos instrumentos. Y hay muchas maneras de sanar. No nos percatamos de la mayoría de sanaciones en las que hemos ayudado. Porque no creemos en quiénes somos o cuál es nuestro poder siendo instrumentos para Dios. Y esto a su vez sucede porque nos distraemos.
  • EL QUE RECIBE EN MI NOMBRE A ESTE NIÑO. Quizás la única forma de no desviarnos, no dejar de creer, no olvidar, sea el aceptar que nuestro niño, niña, interno tienen que mantenerse activo. Hay que apreciar las distintas etapas de vida por la que pasamos porque todo tiene un motivo para el plan de Dios. Pero olvidamos con facilidad lo que es ser niño y en este pasaje Dios nos lo recuerda. Nos recuerda también que siendo como ellos, ellas, nos mantendremos cerca de él.
Jesús sanó al joven. Resaltando que los y las discípulos no creían a pesar de tener al maestro allí con ellos.

Hoy tú, yo, nosotros, nosotras, sanamos.  A diario lo hacemos. La invitación es a que creas.

Porque si crees, CREAS y al CREAR, verás. Verás con otros ojos. LOS OJOS ESPIRITUALES DE DIOS.