Seguir el ejemplo de JESÚS.

Romanos 15:1-7 (Biblia versión: Dios Habla Hoy)

Seguir el ejemplo de Cristo

1 Los que somos fuertes en la fe debemos aceptar como nuestras las debilidades de los que son menos fuertes, y no buscar lo que a nosotros mismos nos agrada. 2 Todos nosotros debemos agradar a nuestro prójimo y hacer las cosas para su bien y para la edificación mutua. 3 Porque tampoco Cristo buscó agradarse a sí mismo; al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: "Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí."[a] 4 Todo lo que antes se dijo en las Escrituras, se escribió para nuestra instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas recibimos, tengamos esperanza. 5 Y Dios, que es quien da constancia y consuelo, los ayude a ustedes a vivir en armonía unos con otros, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, 6 para que todos juntos, a una sola voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.


7 Así pues, acéptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó a ustedes, para gloria de Dios.

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Las debilidades forman parte de nuestra vida. Nosotros solemos ser bien duros con yo, porque buscamos ser un producto que nos agrade. ¿Por qué?

 

Jesús no buscó agradarse. Buscó agradar a Dios, para que se cumpliera lo que estaba escrito de Él. Seguir su ejemplo, hacer lo que hizo y cómo lo hizo viene a ser nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro bautismo.

 

Tengo habilidades y debilidades.

Tengo amistades con habilidades y debilidades.

Por alguna razón me es más fácil, conectar con mis amistades por medio de sus debilidades. Pero trato de no quedarme allí.

 

Sí, debemos aceptar a las personas a nuestro alrededor con todo su equipaje pero no hay nada que diga que debemos hacer ese equipaje nuestro. Más bien hay que buscar orientar nuestra vida y la de las personas sobre las que podemos tener influencia, hacia una en donde agrademos a Dios.  En este proceso, la experiencia que hemos ganado lidiando con nuestros propios equipajes nos ayudará a actuar en favor de nuestro prójimo, como Jesús lo haría.

 

Paso a paso. Siendo obedientes día a día. De una pequeña decisión a otra. Poco a poco es que aprendemos a imitar a Jesús para beneficio propio y aceptando a los demás en amor. No somos perfectos y no buscamos eso y sabemos que nos equivocaremos pero acercándonos a Dios por medio de Jesús, facilita el ministerio.