Rodéate de Dios.

1 Juan 3:19-4:6 (Dios Habla Hoy)

19 De esta manera sabremos que somos de la verdad, y podremos sentirnos seguros delante de Dios; 20 pues si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro corazón, y lo sabe todo. 21 Queridos hermanos, si nuestro corazón no nos acusa, tenemos confianza delante de Dios; 22 y él nos dará todo lo que le pidamos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. 23 Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como él nos mandó.[a] 24 Los que obedecen sus mandamientos viven en él, y él vive en ellos. Y en esto sabemos que él vive en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.[b]
1 Juan 4
La verdadera fe
1 Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas. 2 De esta manera pueden ustedes saber quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que reconoce que Jesucristo vino como hombre verdadero, tiene el Espíritu de Dios. 3 El que no reconoce así a Jesús, no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Anticristo.[c] Ustedes han oído que ese espíritu ha de venir; pues bien, ya está en el mundo.


4 Hijitos, ustedes son de Dios y han vencido a esos mentirosos, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.[d] 5 Ellos son del mundo; por eso hablan de las cosas del mundo, y los que son del mundo los escuchan. 6 En cambio, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. En esto, pues, podemos conocer quién tiene el espíritu de la verdad[e] y quién tiene el espíritu del engaño.

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Poderoso es mi Dios.
Poderoso es tu Dios.
Poderoso es el único Dios.
Él mismo que te hizo.
El mismo que me hizo.
El mismo que quiere que reconozcamos a su Hijo y lo sigamos.
El mismo Dios que quiere que nos amemos y si no sabemos amar, que usemos el ejemplo que su hijo nos dejó.

Para algunos de nosotros el dejarnos guiar de Dios es una de las cosas más difíciles, porque queremos entender, queremos saber, antes de obedecer, antes de actuar. Con Dios hay que obedecer y actuar primero para después entender.

Jesús es la medida que nos puede ayudar a reconocer quiénes son los que vienen en su nombre quienes no. Rodearnos de quiénes sí vienen en el nombre de Dios, en el nombre de Jesús es vital para no desviarnos.

Que el poder de Dios, su gracia y su misericordia se manifieste en tu vida.
Que sientas sed de Dios.

Poderoso es nuestro Dios. Y con poder nos envía.