viernes, mayo 06, 2011

AMAR ES UN REGALO DE DIOS

1 Juan 3:1-10


1 Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios,[a] y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios. 2 Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.  4 Pero todo el que peca, hace maldad;[b] porque el pecado es la maldad. 5 Ustedes ya saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados,[c] y que él no tiene pecado alguno.[d] 6 Así pues, todo el que permanece unido a él, no sigue pecando; pero todo el que peca, no lo ha visto ni lo ha conocido. 7 Hijitos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él es justo; 8 pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio.[e] Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo. 9 Ninguno que sea hijo de Dios practica el pecado, porque tiene en sí mismo el germen de la vida de Dios; y no puede seguir pecando porque es hijo de Dios. 10 Se sabe quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo, porque cualquiera que no hace el bien o no ama a su hermano, no es de Dios.
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Amad.
Esa es la orden y en eso se resume. Y aprendemos esto acercándonos a Dios.

A = acércate.
M = más.
A = a
D = Dios.
Hay tanta bondad en el mundo que si todos y todas, tan solo pensamos en bondad a la vez, el corazón y la mente de tantos miles más se limpiaría.

La actitud persistente de buscar a Dios y las cosas que creó son la marca de una persona que busca ser aquello para lo cual Dios lo o la hizo. Una persona santa.

Santo es el Señor mi Dios, digno de alabanza, a Él el poder, el honor y la gloria. Y santos nos hizo.  Solo hace falta que lo busquemos e insistamos en estar con Él a diario y Él se nos manifestará y lo veremos a Él, a su Hijo, al Espíritu Santo, al mundo entero y toda su creación, a nosotros mismos, de la misma manera que él ve.

Como un regalo.

Ahora mira a tu alrededor y gózate en lo que te ha regalado.

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