sábado, noviembre 04, 2017

El Cristo que predico es el que debo vivir.

Domingo 5 de noviembre de 2017.

Leccionario Dominical - Tiempo después de Pentecostés

Año A • Propio 26 •  Josué 3:7–17  Salmo 107:1–7, 33–37   
1 Tesalonicenses 2:9–13   San Mateo 23:1–12

“Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables ante ti, Oh Dios, mi fortaleza y mi salvador.” Salmo 19:14


Cuando entramos en comunión con Dios no solo Él nos da sino que traemos todo lo que somos a su mesa.  Puede que no digamos todo pero el Señor sabe y conoce nuestro corazón, Él puede ver nuestras cargas, lo que nos mantiene tristes, conoce nuestros problemas, conoce también ese tema difícil que nos cuesta conversar con nuestra pareja o ese amigo querido. Cristo conoce lo malo y lo bueno en nuestras vidas. Cristo nos ama. Te invito a que lo repitas silenciosamente en tu corazón:

-         CRISTO SABE Y ME AMA.
-         CRISTO SABE Y ME AMA.
-         CRISTO SABE Y ME AMA.

Quiero que respires y sientas la presencia de Cristo allí contigo, siente su amor.

-         CRISTO MI SEÑOR ME AMA. En silencio de nuevo:
-         CRISTO MI SEÑOR ME AMA.


Dios puede hacer cosas maravillosas con nuestro silencio que nos puede llevar a crecer en maneras sorprendentes.  Estamos tan condicionados al ruido que es algo normal los excesos. Algunas personas no soportan el silencio por mucho tiempo y al contrario, otros podemos disfrutar del silencio y la quietud por largo tiempo.



Estamos acercándonos al final del año, del año litúrgico no solo el del calendario. Pronto será Adviento nuevamente: Tres velas moradas, una rosada y una blanca.  Encenderemos cada  una, la morada primero, luego otra morada, después la rosada y después la morada y al final el día de Navidad la blanca. Es diferente según las costumbres en los distintos lugares y denominaciones. Pero mi punto es que, nosotros los Episcopales somos muy diestros en el manejo de las rúbricas, guías y normas para la liturgia y logramos mostrar esa casi perfección en lo que hacemos.  Lo hacemos ver tan bien que sin darnos cuenta podemos caer en crear ídolos en nuestras Iglesias y comunidades de fe.


…..Esto va aquí, eso no se pone así, la cruz va de este lado, las velas no van así, el carbón no se enciende así y así sucesivamente.


A medida que nos acercamos al Adviento debiésemos iniciar un proceso de frenado por aquello a lo que me invita este tiempo del año: reflexión de cambio, tengo que mejorar, espero a Cristo, quiero servirle y ser distinto.


Pero algunos de nosotros, me incluyo, estamos pensando más en el arreglo de la casa para la Navidad, en aquel cuarto de desahogo o depósito que ha de estar lleno de polvo y soy alérgico, debo llamar a la Sra. Tal para que venga y me ayude. Las luces, las cortinas, y no he tapizado y qué usaré esa noche…  y te pregunto:
¿Espiritualmente cómo estás?


Estuvimos en un momento similar hace un año terminando el Año C del leccionario, ya pronto empezaremos un nuevo ciclo de lecturas con el B:

¿Hemos cambiado?

No importa qué yo haga o qué yo diga en el proceso de darme cristianamente trabajando para el Señor, si no existe en mí un proceso mental, espiritual, físico en donde oro, ayuno y hago introspección, buscando oportunidades de crecimiento: perdóname querido amigo, amiga pero nos estamos engañando y somos unos tontos.

Este camino siempre nos llevará a ser destrucción y no construcción para nuestra Iglesia y comunidades de fe. Seremos los buscapleitos, problemáticos de siempre. Somos parte del problema que hay que solucionar. No puedo andar sin saber qué sucede en mi vida y especialmente cuando me reúno con la comunidad de fe tengo que saber qué sucede:

·        ¿Por qué digo amen?
·        ¿Por qué doy la paz?
·        ¿Cómo me siento después de que esa persona ordenada me dijo que mis pecados son perdonados?

Y cuando dejo la Iglesia ¿qué sucede durante la semana?
Todo esto me permite entender

·        ¿por qué razón insistieron en enseñarme que debo orar sin cesar, leer la Biblia sin parar y seguir el Oficio Diario del Libro de Oración Común?


Todo está diseñado para que mantengamos el enfoque y así saber qué sucede a nuestro alrededor y en nuestras vidas.  Si no lo hacemos así estaremos haciendo el mismo error de los Escribas y Fariseos, eran expertos en seguir las reglas y las guías pero estaban vacíos en su experiencia de quien Dios es.


Buscamos conocer a Dios para que podamos fluir y vibrar con Él por medio del poder del Espíritu Santo. Cristo debe estar en el centro de nuestra vida, hagamos de esto nuestra prioridad, que Él se mantenga en esa posición. Cuando perdemos el enfoque es porque cambiamos nuestra atención a otra cosa y esto último pasa a ser el centro de nuestra vida. Así vamos perdiendo el balance y como consecuencia se van apilando toda clase de complicaciones al punto de que nos falte el aire. Todo porque Cristo no es el centro de nuestras vidas. 

En esto debemos trabajar insistentemente y practicarlo sin parar, es un paso a paso, día a día y, si por alguna razón caemos pedimos perdón, nos limpiamos, nos paramos y seguimos. Dando gracias a Dios, rindiendo gloria y honor, siendo obedientes.


Esta es la manera en la que empezamos a vivir ese Padre Nuestro, el Credo, las lecturas bíblicas, los Salmos, todo siendo insistentes en seguir a Cristo. No podemos olvidar que lo que estudiamos en la Biblia tiene que venir a ser un añadido a nuestra forma de vivir haciendo que todo se sume en un solo viaje de nunca parar en el que amamos y gozamos lo que hacemos.


El mensaje que traen estas lecturas hoy nos dan un sabor de llamado a cómo debemos vivir. Dios diciéndole a Josué lo que haría y cómo sería visto. Pablo recordándoles a los Tesalonicenses cómo han de vivir imitando su ejemplo. Y diciéndonos en el Evangelio que debemos practicar lo que predicamos y si nuestro predicado es Cristo, nuestro vivir ha de ser Cristo también.


Algunos días atrás recordamos a Todos los Santos y las Almas de quienes amamos que ya partieron. Todo lo que Dios hace en nuestras vidas busca que nos preparemos para lo que viene. Todas y todos somos Santos por medio de aquél que nos amó y nos llamó. Siendo personas cristianas maduras debemos mantenernos así. Aquellas personas que llamamos Santas y Santos vivieron apasionadamente con amor y alegría, amaban lo que hacían siendo fieles a Cristo, teniéndolo en el centro de sus vidas. Seguir a Cristo es algo maravilloso porque continuamente te vez en un estado de amor, alegría, paz y esperanza.

Resultado de imagen para en cristo practico lo que predico
imagen tomada de https://lavidaensantidad.blogspot.com/2015/12/la-nueva-vida-en-cristo-reflexion-para.html

Verás, parte de nuestro problema en la vida es que le metemos mucha lógica a nuestra relación con Dios. Él no nos pide que entendamos de inicio, nos pide que lo dejemos ser en nosotros. Te comparto esto no queriendo sonar utópico o irreal pero, primero dejamos a Dios entrar y luego podremos ver. Así que les invito a que presten atención a lo que viene las próximas semanas profundizando estos cuatro conceptos antes que llegue la Navidad: Amor, alegría, paz y esperanza.

Piensa en ellos, medita en su significado, búscalos en Jesús y no temas los cambios que un conocimiento más extenso de ellos puedan producir en ti. En Cristo Jesús oro para que lo puedas lograr. Amén.

Pronto te haré llegar el canto de esto cuatro temas en español. Nombre en inglés: 
Let there be love shared among us....
 https://www.youtube.com/watch?v=RO0Xcd3lrr4

Rev. D. Carlos A. Austin Th.


No hay comentarios:

Publicar un comentario