Domingo 5 de
noviembre de 2017.
Leccionario Dominical
- Tiempo después de Pentecostés
Año A • Propio 26
• Josué 3:7–17 Salmo 107:1–7, 33–37
1 Tesalonicenses 2:9–13 San Mateo 23:1–12
“Que las palabras de
mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables ante ti, Oh Dios, mi
fortaleza y mi salvador.” Salmo 19:14
Cuando entramos en
comunión con Dios no solo Él nos da sino que traemos todo lo que somos a su
mesa. Puede que no digamos todo pero el
Señor sabe y conoce nuestro corazón, Él puede ver nuestras cargas, lo que nos
mantiene tristes, conoce nuestros problemas, conoce también ese tema difícil
que nos cuesta conversar con nuestra pareja o ese amigo querido. Cristo conoce
lo malo y lo bueno en nuestras vidas. Cristo nos ama. Te invito a que lo
repitas silenciosamente en tu corazón:
-
CRISTO SABE Y
ME AMA.
-
CRISTO SABE Y
ME AMA.
-
CRISTO SABE Y
ME AMA.
Quiero que respires y
sientas la presencia de Cristo allí contigo, siente su amor.
-
CRISTO MI
SEÑOR ME AMA. En silencio de nuevo:
-
CRISTO MI
SEÑOR ME AMA.
Dios puede hacer
cosas maravillosas con nuestro silencio que nos puede llevar a crecer en
maneras sorprendentes. Estamos tan
condicionados al ruido que es algo normal los excesos. Algunas personas no
soportan el silencio por mucho tiempo y al contrario, otros podemos disfrutar
del silencio y la quietud por largo tiempo.
Estamos acercándonos
al final del año, del año litúrgico no solo el del calendario. Pronto será
Adviento nuevamente: Tres velas moradas, una rosada y una blanca. Encenderemos cada una, la morada primero, luego otra morada,
después la rosada y después la morada y al final el día de Navidad la blanca.
Es diferente según las costumbres en los distintos lugares y denominaciones.
Pero mi punto es que, nosotros los Episcopales somos muy diestros en el manejo
de las rúbricas, guías y normas para la liturgia y logramos mostrar esa casi
perfección en lo que hacemos. Lo hacemos
ver tan bien que sin darnos cuenta podemos caer en crear ídolos en nuestras
Iglesias y comunidades de fe.
…..Esto va aquí, eso
no se pone así, la cruz va de este lado, las velas no van así, el carbón no se
enciende así y así sucesivamente.
A medida que nos
acercamos al Adviento debiésemos iniciar un proceso de frenado por aquello a lo
que me invita este tiempo del año: reflexión de cambio, tengo que mejorar,
espero a Cristo, quiero servirle y ser distinto.
Pero algunos de
nosotros, me incluyo, estamos pensando más en el arreglo de la casa para la
Navidad, en aquel cuarto de desahogo o depósito que ha de estar lleno de polvo
y soy alérgico, debo llamar a la Sra. Tal para que venga y me ayude. Las luces,
las cortinas, y no he tapizado y qué usaré esa noche… y te pregunto:
¿Espiritualmente cómo
estás?
Estuvimos en un
momento similar hace un año terminando el Año C del leccionario, ya pronto
empezaremos un nuevo ciclo de lecturas con el B:
¿Hemos cambiado?
No importa qué yo
haga o qué yo diga en el proceso de darme cristianamente trabajando para el
Señor, si no existe en mí un proceso mental, espiritual, físico en donde oro,
ayuno y hago introspección, buscando oportunidades de crecimiento: perdóname
querido amigo, amiga pero nos estamos engañando y somos unos tontos.
Este camino siempre
nos llevará a ser destrucción y no construcción para nuestra Iglesia y
comunidades de fe. Seremos los buscapleitos, problemáticos de siempre. Somos
parte del problema que hay que solucionar. No puedo andar sin saber qué sucede
en mi vida y especialmente cuando me reúno con la comunidad de fe tengo que
saber qué sucede:
·
¿Por qué digo
amen?
·
¿Por qué doy
la paz?
·
¿Cómo me
siento después de que esa persona ordenada me dijo que mis pecados son
perdonados?
Y cuando dejo la
Iglesia ¿qué sucede durante la semana?
Todo esto me permite
entender
·
¿por qué razón
insistieron en enseñarme que debo orar sin cesar, leer la Biblia sin parar y
seguir el Oficio Diario del Libro de Oración Común?
Todo está diseñado
para que mantengamos el enfoque y así saber qué sucede a nuestro alrededor y en
nuestras vidas. Si no lo hacemos así
estaremos haciendo el mismo error de los Escribas y Fariseos, eran expertos en
seguir las reglas y las guías pero estaban vacíos en su experiencia de quien
Dios es.
Buscamos conocer a
Dios para que podamos fluir y vibrar con Él por medio del poder del Espíritu
Santo. Cristo debe estar en el centro de nuestra vida, hagamos de esto nuestra
prioridad, que Él se mantenga en esa posición. Cuando perdemos el enfoque es
porque cambiamos nuestra atención a otra cosa y esto último pasa a ser el
centro de nuestra vida. Así vamos perdiendo el balance y como consecuencia se
van apilando toda clase de complicaciones al punto de que nos falte el aire. Todo
porque Cristo no es el centro de nuestras vidas.
En esto debemos trabajar
insistentemente y practicarlo sin parar, es un paso a paso, día a día y, si por
alguna razón caemos pedimos perdón, nos limpiamos, nos paramos y seguimos.
Dando gracias a Dios, rindiendo gloria y honor, siendo obedientes.
Esta es la manera en
la que empezamos a vivir ese Padre Nuestro, el Credo, las lecturas bíblicas,
los Salmos, todo siendo insistentes en seguir a Cristo. No podemos olvidar que
lo que estudiamos en la Biblia tiene que venir a ser un añadido a nuestra forma
de vivir haciendo que todo se sume en un solo viaje de nunca parar en el que
amamos y gozamos lo que hacemos.
El mensaje que traen
estas lecturas hoy nos dan un sabor de llamado a cómo debemos vivir. Dios
diciéndole a Josué lo que haría y cómo sería visto. Pablo recordándoles a los
Tesalonicenses cómo han de vivir imitando su ejemplo. Y diciéndonos en el
Evangelio que debemos practicar lo que predicamos y si nuestro predicado es
Cristo, nuestro vivir ha de ser Cristo también.
Algunos días atrás
recordamos a Todos los Santos y las Almas de quienes amamos que ya partieron.
Todo lo que Dios hace en nuestras vidas busca que nos preparemos para lo que
viene. Todas y todos somos Santos por medio de aquél que nos amó y nos llamó.
Siendo personas cristianas maduras debemos mantenernos así. Aquellas personas
que llamamos Santas y Santos vivieron apasionadamente con amor y alegría,
amaban lo que hacían siendo fieles a Cristo, teniéndolo en el centro de sus
vidas. Seguir a Cristo es algo maravilloso porque continuamente te vez en un
estado de amor, alegría, paz y esperanza.
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imagen tomada de https://lavidaensantidad.blogspot.com/2015/12/la-nueva-vida-en-cristo-reflexion-para.html |
Verás, parte de
nuestro problema en la vida es que le metemos mucha lógica a nuestra relación
con Dios. Él no nos pide que entendamos de inicio, nos pide que lo dejemos ser
en nosotros. Te comparto esto no queriendo sonar utópico o irreal pero, primero
dejamos a Dios entrar y luego podremos ver. Así que les invito a que presten
atención a lo que viene las próximas semanas profundizando estos cuatro
conceptos antes que llegue la Navidad: Amor, alegría, paz y esperanza.
Piensa en ellos, medita
en su significado, búscalos en Jesús y no temas los cambios que un conocimiento
más extenso de ellos puedan producir en ti. En Cristo Jesús oro para que lo
puedas lograr. Amén.
Pronto te haré llegar
el canto de esto cuatro temas en español. Nombre en inglés:
Let there be love shared among us....
https://www.youtube.com/watch?v=RO0Xcd3lrr4
Rev. D. Carlos A. Austin Th.
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