AGRADEZCO A DIOS Y SOY FELIZ

Salmos 30

Alabanzas de gratitud al Señor

 ¹ Señor, yo te alabo porque tú me libertaste, porque no has permitido que mis enemigos se burlen de mí. 

 ² Señor, mi Dios, te pedí ayuda, y me sanaste; ³ tú, Señor, me salvaste de la muerte;^[a] me diste vida, me libraste de morir. 

 ⁴ Ustedes, fieles del Señor, ¡cántenle himnos!, ¡alaben su santo nombre! 

 ⁵ Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. 

    Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría. 

 ⁶ Yo me sentí seguro, y pensé: "Nada me hará caer jamás." 

 ⁷ Pero tú, Señor, en tu bondad me habías afirmado en lugar seguro, y apenas me negaste tu ayuda el miedo me dejó confundido. 

 ⁸ A ti, Señor, clamo; a ti, Señor, suplico: 

 ⁹ ¿Qué se gana con que yo muera, con que sea llevado al sepulcro? 

    ¡El polvo no puede alabarte ni hablar de tu fidelidad! 

 ¹⁰ Señor, óyeme y ten compasión de mí; Señor, ¡ayúdame! 

 ¹¹ Has cambiado en danzas mis lamentos; me has quitado el luto y me has vestido de fiesta. 

 ¹² Por eso, Señor y Dios, no puedo quedarme en silencio: ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias!

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Después de múltiples experiencias durante todo este año 2011, llega diciembre.  Se cumple una etapa más en nuestras vidas. En algunos casos bailamos o danzamos de alegría porque algo muy bueno nos sucedió. Quizás Dios bendijo a mi familia de muchas maneras, o vimos personalmente logros que nos alimentan y deleitan.


También en otros casos, hemos sufrido pérdidas, unas más duras que otras. Para algunas estábamos preparados y para otras no. Quizás no vemos algunas metas cumplirse aún y no logramos identificar qué es lo que tenemos que hacer.


Nosotros, creación santa de Dios, estamos acostumbrados a medir la vida a partir de lo que consideramos importante, aquello que socialmente establece, qué es tragedia o problemas y qué es bendiciones y alegría. Eso nos lleva sólo a ver el recubrimiento superior del dulce de la vida. No nos permite entender aquello que Dios si ve.


Donde estás y cómo estás, si puedes leer esto, gracias a Dios debes dar.
Donde están y cómo están todos los otros seres vivientes, por el hecho de poder inhalar y exhalar, a Dios las gracias deben dar.


Mantener una actitud de gratitud va ligado a una actitud positiva, una actitud de SOY FELIZ por decisión personal.  Pensamos a veces que esto implica siempre reír y siempre tener un chiste que decir y no es así necesariamente.  Es tener la actitud de saber afrontar de manera controlada, consultando con Dios, asertivamente, las situaciones que crucen camino con nosotros, sean buenas o no.


Esa actitud de alegría y felicidad externamente evangeliza a otros y otras e internamente te mantiene o te obliga a mantenerte en contacto con Dios por medio de Jesús su Hijo, Nuestro Salvador. Por eso es que algunas personas dicen que no es fácil ser optimistas o positivos, pues no entienden que esto implica conexión total y completa con Dios porque Él es nuestra energía y razón de vivir, o por lo menos así debe ser.


Job se mantuvo fiel porque su enfoque fue Dios.


Para poder afrontar este sábado y los otros días que Dios nos permita vivir recuerda que, manteniendo tu mirada hacia a Dios te hará fácil tomar control de tu vida de una manera alegre, asertiva, vivaz y de energía. 


Lo demás en manos de Dios está.


Conectémonos con Dios y aprendamos a ser agradecidos de todo y a ser felices como forma de vida.