lunes, febrero 06, 2012

Hebreos 13:1-16

Dios Habla Hoy (DHH)

Actitudes cristianas

1 No dejen de amarse unos a otros como hermanos. 2 No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles.
3 Acuérdense de los presos, como si también ustedes estuvieran presos con ellos. Piensen en los que han sido maltratados, ya que ustedes también pueden pasar por lo mismo.
4 Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.
5 No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.» 6 Así que podemos decir con confianza:
«El Señor es mi ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer el hombre?»
7 Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe.
8 Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. 9 No se dejen ustedes llevar por enseñanzas diferentes y extrañas. Es mejor que nuestros corazones se fortalezcan en el amor de Dios que en seguir reglas sobre los alimentos; pues esas reglas nunca han sido de provecho.
10 Nosotros tenemos un altar, del cual no tienen derecho a comer los sacerdotes del antiguo santuario. 11 Pues el sumo sacerdote lleva la sangre de los animales al santuario, como ofrenda para quitar el pecado, pero los cuerpos de esos animales se queman fuera del campamento. 12 Así también, Jesús sufrió la muerte fuera de la ciudad, para consagrar al pueblo por medio de su propia sangre. 13 Vayamos, pues, con Jesús, fuera del campamento, y suframos la misma deshonra que él sufrió. 14 Pues en este mundo no tenemos una ciudad que permanezca para siempre, sino que vamos en busca de la ciudad futura. 15 Por eso debemos alabar siempre a Dios por medio de Jesucristo. Esta alabanza es el sacrificio que debemos ofrecer. ¡Alabémoslo, pues, con nuestros labios! 16 No se olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.
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Las recomendaciones para la vida cristiana están siempre llenas de tanto material, tanto detalle y son tan específicos y buenos, especialmente cuando vemos que nos quedan como anillo al dedo.

Lo cierto es que, dentro de nuestras creencias si es Jesús el que citamos entonces hay que vivirlo. Y este pasaje del libro de Hebreos se nos dice cómo. No entraré en explicar lo que ya está claro.  Sólo hago un llamado a que no le busques complicaciones a palabra de Dios como la que acabas de leer porque no la tiene. Solo haz, hagamos lo que dice la palabra, sin quitarle ni ponerle. Sólo eso.


A Dios le agrada que nos sacrifiquemos por Él y en Él. Porque el único sacrificio agradable a Dios hoy es: SERLE OBEDIENTE. Y por si no lo captas haré a continuación una lista sencilla de lo que Dios te pide hoy que hagas, según este pasaje de Hebreos:

  1. Persiste en amar.
  2. Recuerda ser amable.
  3. Sé un buen anfritrión siempre.
  4. Empatía y solidaridad con los presos.
  5. Empatía y solidaridad con los maltratados.
  6. Respetemos el matrimonio.
  7. Mantengamos las relaciones de todo tipo en el matrimonio, íntimas incluidas, PURAS.
  8. No ames el dinero.
  9. Recuerda siempre a todas las personas que te han servido de guía en la vida y aprende de ellos y ellas.
  10. Mantente firme en lo que Dios te ha enseñado y no te dejes llevar por cualquier viento de enseñanza que sopla.
  11. El amor sobre las reglas.
  12. Donde va Jesús, voy yo.
  13. Hacer el bien.
  14. Siempre compartir.
  15. Alaba a Dios.
Si te gustó, compártelo.

Aún cuando no te guste, cúmplelo.



viernes, febrero 03, 2012

Dios me corrige para hacerme como Él.

Hebreos 12:3-11

Dios Habla Hoy (DHH)
 3 Por lo tanto, mediten en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores; por eso, no se cansen ni se desanimen. 4 Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado, 5 y han olvidado ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
   «No desprecies, hijo mío,
la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda.
6 Porque el Señor corrige a quien él ama,
y castiga a aquel a quien recibe como hijo.»
 7 Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? 8 Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. 9 Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida? 10 Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él. 11 Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud.
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Para conocer la resistencia de un material, se le somete a pruebas.  Lo mismo sucede cuando necesitamos verificar si podemos confiar en alguien. El mundo se mueve en base a confianza y esta última necesita ser el resultado de situaciones en donde probamos, mediante acciones, que sí somos merecedores de confianza.

Esto se expresa en todas los sentidos posibles en cuanto a los tipos de relaciones que tenemos con el ambiente que nos rodea. 



Confianza es necesaria de Dios hacia nosotros y nosotros confiamos en Él. Con nuestra familia, amistades, nuestras mascotas, lugares de trabajo, en fin, funciona en ambos sentidos.

Al no obedecer, rompemos confianza. Y Dios que nos ama, nos corrige. Según aprendí, Dios, no nos tienta pero sí observa cómo vamos manejando distintas situaciones que se nos pueden presentar. Es un tanto así como, espera ángel, no hagas nada, quiero ver qué hará Carlos ahora.  

Si Dios cumple, nos toca cumplir.

Disciplina, corrección, son señales de un Dios que nos ama, igual como lo hacen nuestro padre y madre aquí donde vivimos temporalmente.

La invitación del libro de Hebreos, es a que no nos cansemos, no podemos hacerlo. Porque mientras más situaciones enfrento y me mantengo buscando a Dios, poco a poco me fortalezco y crezco y Dios me bendice. ¿Si caigo? Dios me endereza nuevamente siempre y cuando lo pida, luego de arrepentirme.  Ese enderezar duele si lo vemos trasladado a nuestra vida.

Resultado de no obedecer es pecado. El pecado es muerte. Dios no nos hizo para morir. Nos hizo para vida eterna y refrendó ese destino humano de personas santas con la venida de Jesús el Cristo. Nuestro transformador.

La vida de Jesús, imitarla, requiere de nosotros esfuerzo y disciplina. Porque no será fácil. Pero Dios nos ama, lo demostró con Jesús y ellos no pararán. Seguirán sobre nosotros hasta que cambiemos. Siempre y cuando los busquemos y decidamos aprender, crecer y cambiar.

Y al final como dice Hebreos 12: 11 el resultado será una vida de paz y rectitud.