5 Jesús les preguntó:
--¿Cuántos panes tienen?
--Siete --contestaron los discípulos.
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El pan es un alimento conocido a nivel mundial. Muy versátil y útil en nuestras cocinas y con distintas aplicaciones dependiendo del entorno cultural.
Tener 7 panes para alimentar a una multitud no es algo de lo que se pueda alardear, pero Jesús, demostró que fue suficiente. No es importante cuántos panes fueron al final. Sino que se identificó que habían panes para compartir.
En mi vida ¿Cuáles son mis panes?
Así como los apóstoles lo ofrecieron para la multitud, en el grupo donde tú te desenvuelves,
¿qué es eso que tú puedes compartir con ese grupo?
Puedo ofrecer talentos, habilidades, capacidades. Puedo ofrecer virtudes, tiempo, dinero, cosas materiales, instrumentos.
¿Qué puedes ofrecer?
Esta reflexión nos ayuda a entender qué se espera de ti y de mi como hijos e hijas de Dios. También nos ayuda a entender la dimensión del amor de Jesús Cristo. Él se dio en todos los sentidos y no se detenía a ver reacciones. No se detenía porque lo miraron mal, o porque le gritaron, o porque me hablo feo, o porque no le pagaron suficiente, o por cualquier cosa que suelen ser las excusas comunes de nuestro tiempo.
Dar en calidad es parte fundamental de nuestro ser cristiano ignorando, de ser necesario, la reacción inadecuada o equivocada de aquella persona con la que interactuamos.
Date en calidad y siempre tendrás.
